Oreo, Sorbeticos, Club Social, Belvita parte de los 45 años que Mondelez celebra desde Barquisimeto para Venezuela

Desde 1980, en el corazón del estado Lara, se ha escrito una de las historias industriales más dulces y exitosas de Venezuela. La planta de Mondelēz en Barquisimeto no solo ha sido testigo del crecimiento de una ciudad, sino que se ha convertido en el motor que impulsa la economía local y en la cuna de los sabores que han acompañado a generaciones enteras de venezolanos.

¿Sabías que detrás de cada Oreo que disfrutas hay una historia de 45 años de tradición venezolana?

Una fábrica que alimenta sueños y genera oportunidades

Los números hablan por sí solos, pero detrás de cada cifra hay familias, historias y comunidades enteras que han crecido junto a esta gigante de la industria alimentaria. Con 1,156 empleos directos y 5,600 empleos indirectos, Mondelēz no solo produce galletas: produce oportunidades, estabilidad y futuro para miles de larenses.

“Esta planta no es solo una fábrica, es un símbolo de lo que podemos lograr cuando combinamos calidad, innovación y compromiso con nuestro país”, explica Rubén Echeverri, gerente general de Mondelēz Venezuela. Y tiene razón: durante estas cuatro décadas y media, la instalación se ha consolidado como una de las principales fuerzas productivas del estado Lara.

El sabor de lo nuestro: innovación con identidad venezolana

Pero lo que realmente hace especial a esta historia es cómo Mondelēz ha logrado combinar la excelencia internacional con el sabor auténticamente venezolano. El caso de Oreo® Chocolate es el ejemplo perfecto: un sabor único creado exclusivamente para el mercado venezolano, elaborado 100% con cacao nacional. Es la globalización con acento criollo.

Y qué decir de Club Social®, esa galleta que nació en suelo venezolano y que hoy conquista paladares en toda Latinoamérica. Es el orgullo de la industria nacional que trasciende fronteras, demostrando que “hecho en Venezuela” puede ser sinónimo de calidad mundial.

Más que una fábrica: un ecosistema productivo

La planta de Barquisimeto no opera en el vacío. Ha creado todo un ecosistema productivo que beneficia a proveedores locales de materias primas, transportistas, distribuidores y comerciantes. Es una cadena de valor que se extiende desde los productores de cacao hasta el pequeño comercio de barrio, generando un impacto multiplicador en la economía regional.

Desde sus líneas de producción salen día a día las marcas que forman parte del ADN de los venezolanos: Oreo®, Club Social®, Sorbeticos®, Belvita®, Chips Ahoy®, Mini Chips® y Soda Premium®. Cada una con su personalidad, pero todas con el sello de calidad que ha caracterizado a la planta larense durante estas más de cuatro décadas.

Una visión de futuro construida día a día

Lo que comenzó en 1980 como una apuesta empresarial, hoy es una realidad consolidada que forma parte de los más de 80 años de presencia de Mondelēz en Venezuela. Pero la historia no termina aquí. Como señala Echeverri, “nuestra visión de largo plazo nos impulsa a continuar creciendo e invirtiendo en el país”.

En un contexto donde la producción nacional cobra cada vez más relevancia, la planta de Barquisimeto se posiciona como un ejemplo de cómo la industria privada puede ser protagonista del desarrollo económico regional, sustituyendo importaciones con productos de alta calidad elaborados en casa.

El dulce sabor del compromiso

Cada galleta que sale de esta planta lleva consigo algo más que ingredientes y sabor: lleva el compromiso de 1,156 trabajadores que día a día ponen su talento al servicio de la excelencia. Técnicos, operarios y gerentes que han convertido la manufactura en un arte, y la calidad en una obsesión.

La historia de Mondelēz en Barquisimeto es, en esencia, la historia de cómo una empresa puede echar raíces profundas en una comunidad y crecer junto a ella. Es la demostración de que cuando se combinan visión empresarial, compromiso social y excelencia operativa, los resultados trascienden lo comercial para convertirse en verdadero desarrollo sustentable.

Porque al final del día, cada vez que abres un paquete de galletas Mondelēz, no solo disfrutas un snack: celebras 45 años de tradición, innovación y sabor venezolano.


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